Pequeño fragmento

viernes, 29 de junio de 2012


              Este pequeño texto lo escribí para un mini-concurso de un foro en el que suelo escribir, pero no he podido evitar que suene tremendamente a Raven.
               En esta ocasión, el protagonista se llama Hawk y salva a dos chicas que se llaman Amber y Rain. ¿Por qué esos nombres? Ni idea, inspiración súbita y que me parecieron adecuados. ¿Por qué no? =) 
               La música con la que los escribí fue Deep Shadows, de Hunger Games OST.  


¿Sabes? Las leyendas nunca son conscientes de cuándo nacen, de cuándo crecen, ni de cuándo trascienden. Solo son conscientes de que lo son cuando el mundo se lo dice. Lamentablemente, a veces es demasiado tarde. A veces las leyendas mueren sin saber que lo son, ni en lo que se han convertido.
A él, por desgracia, le pasaba lo mismo. Siempre se creyó mucho menos de lo que era. Siempre dudó de sí mismo, siempre dudó de todo lo que los demás le necesitaban. Para ser sinceros, después de vivir como él, pocas personas no lo habrían pensando.
Pero, héroe o villano, su nombre hizo historia.
Raudo en la oscuridad de la noche, traicionero como el sol de invierno, rápido como un susurro, ligero como el pensamiento. El hombre se adentró en las instalaciones. Sí, él solo. ¿Acaso podía ser de otra manera? No, por supuesto que no. Entonces no habría sido él.
¿Crees que fue por orgullo? No, ni de lejos. Tenía miedo, tanto como cualquiera de nosotros. Por eso decidió escabullirse en las sombras, como tan bien se le daba. Todo para no involucrarnos. ¡Idiota! Hiciera lo que hiciera, ya estábamos involucrados. Porque, de esta manera, estaríamos mucho más preocupados por él.
Dicen que la lluvia de balas se escuchó en toda la ciudad. Algunos ilusos la confundieron con una tormenta eléctrica en mitad de la noche, una con demasiados truenos. Pero, ¿sabéis qué? Ni una sola le dio. Sí, en serio. Lo sé. Eso no mataría alguien como Hawk. Lo mejor de todo es que el muy cabronazo se salió con la suya, ¡ya lo creo que lo hizo!
Las sacó de allí. Sí, a las dos. Con eso dejó al Sistema temblando de pies a cabeza, y sin su arma secreta. Jajá, pero cómo me habría gustado ver sus caras de merluzo cuando apareció delante de sus narices con su habitual teatralidad. Con su capa negra, su máscara blanca, su pose de héroe, katana en mano y sus objetivos tremendamente claros.
Bueno, seamos sinceros, a todos nos encanta hacer buenas entradas a escena. Es uno de nuestros pequeños placeres de la vida. ¿De qué nos sirve tener las habilidades que tenemos si no podemos lucirnos un poco? Sí, ya. Por eso el Sistema nos tiene tanta manía. Por eso las raptaron a las dos. Por eso Hawk tuvo que ir a sacarlas de ahí, y ellas tuvieron que aprender a sobrevivir con todas las consecuencias de esa experiencia.
Como todos los demás.
¿Y Hawk? Bueno, él no llego a salir. Al menos, eso nos contaron Amber y Rain. Las cubrió para que salieran… antes de hacer reventar toda la estructura. Nunca se caracterizó por ser sutil. El muy bruto…
Yo me niego a creer que sus días acabaran así. Las cosas no pueden acabar de esa forma. Porque, de ser así, los malos habrían ganado. Y no puede ser. Sería como apagar la chispa de esperanza en torno a su historia, a su mito, a su persona.
Así que no, jamás diré que ese fue el final del Hawk. Prefiero contar que fue el fin de un capítulo y que, algún día, nos volveremos a encontrar.
Algún día, sí. Mientras tanto, su nombre se convirtió en leyenda.
Y nadie jamás se olvidaría de ella. 


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Visitas inesperadas

domingo, 10 de junio de 2012


El hombre entró en la habitación y dejó las toallas recién planchadas encima de la silla. Miró por la ventana momentáneamente, había vuelto a nevar.  El invierno en la sierra estaba siendo demasiado blanco para su gusto. Por suerte, Avalon se estaba encargando de abrir el camino hasta la carretera. Sus técnicas eran más efectivas que las suyas, para qué negarlo.
Se volvió hacia la chica que estaba sentada en la cama. Había estado ahí desde el principio, pero no había querido prestarla atención esperando alguna reacción por su parte, que no había llegado. Solo su silencio, su pasividad y ese aspecto de títere inerte. Tenía la vista clavada en algún remoto punto del suelo. Sus ojos indicaban claramente su estado. Esa no era Argéntea. Por desgracia, esta vez no había estado lo suficientemente cerca como para evitar que ella tomara el control.
– ¿Otra vez tú? Para querer matarme, estás haciendo demasiadas visitas de cortesía.
La chica no hizo gesto alguno, ni cualquier otra señal que indicara que le ha escuchado. No obstante, él sabía que había estado prestando atención todo el tiempo.
– ¿Qué has venido a hacer esta vez? – preguntó él claramente, no estaba para juegos.
– Tengo un mensaje.
– ¿No me digas? Sorpréndeme – contestó él con hastío –. ¿De quién? ¿De Scott? ¿De Ellos? ¿De Hornet?
– De Blast – dijo ella con un hilito de voz.
– De Blast – repitió él –. Ya veo. ¿Qué quiere ahora?
– Ya vienen.  
– ¿Cómo que vienen? ¿Quién viene?
Pero ella no parecía dispuesta a obedecer. ¿Para qué? Ese cuerpo ni siquiera era suyo.
– Tienes poco tiempo… ¿No oyes las sirenas? Cantan a través del mar blanco…
Prestó atención. Efectivamente, a lo lejos se empezaba a escuchar barullo. ¿El de varios coches de policía? ¿O era algo más grande?
– ¿Cuántos, cómo, dónde? – se acercó corriendo hasta ella y la sacudió por los hombres –. ¡Contesta!
– Huye – dijo ella simplemente.
– ¿Por qué estás haciendo esto?
– Porque yo seré quien lo acabe, Seth. Cuando nos volvamos a encontrar… yo misma pondré fin a nuestro problema.
– No te vayas, ¡no te vayas todavía! – gritó él mientras la sostenía por los brazos.
– ¿Me echarás de menos esta vez, Seth? – preguntó ella mientras, poco a poco, iba abandonando el cuerpo de su huésped.
No dio tiempo a que él contestara. De todas formas, sabía que él no lo iba a hacer. Aí que se marchó.
En cuanto él vio cómo los ojos de la muchacha se volvían azules, dejó de esforzarse. Ella se había vuelto a escapar.
Y ahora tenían que darse prisa y escapar ellos también. Una vez más, corrían a contrarreloj. Incluso cuando creían que estaban completamente a salvo.
Tenía que actuar rápido. Trató de despejar a la chica pero, como en las anteriores ocasiones, ella estaba desorientada, mareada y a punto de perder la consciencia. La posesión de cuerpos parecía tener siempre esos mismos efectos. Sin pensárselo dos veces, se la cargó al hombro. Quizá aún estuviera a tiempo de decirle a Avalon que bloqueara la carretera en vez de despejarla.
Mientras bajaba las escaleras se encontró con Chuwi que subía a buscarle.
– ¡Raven! Todos están preocupados…
– Vienen, ¿no es así?
– Sí…
Si Cyan lo había visto, quizá tuviera oportunidades de escapar. Era una suerte que la situación se desencadenara cuando todos estaban ya reunidos.
– Bien, pues es hora de marcharse.
– ¿Pero a dónde? – preguntó el niño pelirrojo, estaba asustado.
– Volvemos a casa. Es hora de plantar cara.
Sí, eso que habían estado evitando meses. Pero ya era el momento. 

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"Take a breath and calm down"

martes, 5 de junio de 2012




Yes, I am writing in English. Yes, maybe I am going mad. I do not know if I am writing this properly, if all my words are correct or even why I am doing this. But I needed it. It was like a little voice shouting inside my head.
I feel terrified. It is like I was in the border of a cliff just before jumping inside a huge and brave sea. I can’t move. My instinct says I should hide myself under my bed and give up all these stupid ideas about moving abroad. My head says that if I do that I will be regretting about it all my life.
As time goes by, I feel I am losing my way. Like in the middle of a tornado. Things happen too quickly, too fast. I don´t have time enough to digest them.
I have the flight ticket. I have booked a room. I have sent my application, and it has been approved (at last!). The only thing I have to do right now is to do my luggage, cross my fingers and… jump. The only advice I can repeat once and again is… to take it easy.  
Enjoy in every step. Be just “you” the entire path. Don´t forget the real and important things. And calm down. Don´t panic, even if you don´t have a towel on hand (should I take one? Well, maybe yes).
It is not the end of a stage. It is just the beginning of a new one.
So just make a grip on yourself. Take a breath and calm down. Because there we go.
There are things much more difficult than this one, aren´t they? 

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Legado

lunes, 4 de junio de 2012



– Así que estás aquí – dijo una voz a su espalda.
Él se volvió, sonrió y saludó llevándose una mano a la gorra.
La chica oriental estaba preciosa con su kimono de seda plagado de mariposas. Llevaba un maletín en una mano y un par de abanicos en la otra.
– Que sepas que el traje de repartidor no te hace justicia – prosiguió ésta mientras se apoyaba en el muro de la azotea a escasos palmos de él.
Ambos se quedaron en silencio durante unos cruciales instantes. Después, él tomó la palabra:
– Cuánto tiempo, ¿verdad?
– Cuántos años, Raven, cuántos años – le corrigió ésta –. Dos.
Él agachó la cabeza, asintió poco a poco.
– Lo siento mucho… Acabé en el lugar equivocado. Irónico, pero terriblemente cierto.
– ¿Y qué hiciste? – prosigue ella.
Él sonrió, pero de una forma muy diferente a la primera vez. Era forzada. Entonces abrió la mano, y sostuvo con los dedos algo que había estado ocultando en ella desde el principio.
– Escapé – dijo al tiempo que lo observaba.
Se trataba de un ojo de cristal.
– ¿Y ahora qué vas a hacer? – dijo ella apartando la mirada de ese objeto.
Sabía lo que significaba, y le aliviaba, pero también le inquietaba enormemente.
– ¿Ahora? – él alzó la cabeza, hacia el cielo. Después la miró a ella –. Ahora toca caminar.
Ella rió al reconocerse en esas palabras.
– ¿Y qué harás con ella?
Sin necesidad de concretar, los dos sabían a quién se refería.
– Quién sabe, Reisei. Quizá algún día volvamos a necesitar su ayuda.
– Es más fuerte de lo que crees. Ha cambiado mucho.
– Lo sé.
– Sé que lo sabes, pero a veces hay que recordártelo.
– Por cierto, ¿cómo has sabido que estaba aquí?
– Conozco a cierta libélula que te echaba mucho de menos.
– Me lo suponía…
Ella dejó el maletín en el bordecito del muro.
– ¿Listo? – preguntó.
Él abrió el maletín con cierta curiosidad. Dentro encontró dos únicas cosas: una capa negra y dos cuchillas con forma de media luna. Eran muy parecidas a aquellas que había usado Halcón, pero con una pequeña variante: eran mejores. Se trataba del prototipo diseñado por Júpiter y mejorado por Hydros. Al final, Hefesto había podido construirlo.
– Vaya, cuánto tiempo sin ver nada parecido.
– Es tu Herencia. Tenía que llegar a ti tarde o temprano.
– Gracias, Reisei.
– De nada, Raven.
Pasó la mano por la cuchilla y sintió el cosquilleo de la energía del objeto. Era como si estuvieran vivas y reconocieran a su propietario.
Cogió la capa y se la echó sobre los hombros. Suspiró al sentir el peso de la tela.
Ese era el camino que había escogido, y lo seguiría mientras estuviera vivo.
– ¿Te encuentras bien?
– Reisei, jamás me he sentido mejor. ¿Qué tal está Ivy?
– Mucho mejor, es toda una luchadora. Se ha retirado a una casita de campo.
– Creo que es hora de hacerle una visita. Es tradición antes de coger el relevo, ¿no crees?
Ella suspiró de alegría. Lo que habían estado esperando durante años.
– Al fin te rindes, ¿eh?
– No, al fin me siento preparado.
El Cuervo había regresado. Esta vez, para quedarse.

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