Nunca llueve eternamente
domingo, 1 de abril de 2012
OST recomendada: Forest Gump, Feather theme.
¿Estás
bien? Tranquila, deja de llorar. Toma, sécate con esto. Respira hondo. Así, ya
está. ¿Ves qué bien?
Ahora
estás mucho más guapa. Esos ojos tan bonitos se estropean con las lágrimas…
¿Que eso se lo digo a todas? Bueno, puede ser. Soy una persona poco original,
no tengo demasiada imaginación pero, ¿ves?, ya no lloras. Con eso me doy por
satisfecho.
¿Sabes?
La lluvia también es necesaria. Riega los campos, purifica el aire, refresca
los pulmones, limpia las calles y, en este caso concreto, también libera el
alma. Aunque, a veces, en medio de la tormenta, admito que es difícil
distinguir algo positivo entre los nubarrones negros y la furia del agua.
Sí,
tienes razón, los truenos pueden dar mucho miedo, y los rayos. Pero nada es
para siempre. Fíjate en la palabra, “siempre”. Eso es muchísimo tiempo. Nada
puede durar tanto, ¿no crees? Bueno, vale, algunas cosas sí. Pero, por suerte,
esas nunca son malas.
Tú
piensa esto: si un problema tiene solución, ¿dónde está el problema?; si no la
tiene, ¿de qué sirve perder el tiempo lamentándose? ¿No es mucho mejor
plantarle cara, demostrarle lo fuertes que somos?
Si,
por supuesto que sí. Todos tenemos fuerza, pero hay que saber buscarla. Sí, sí,
todos y cada uno, pero encontrarla es una tarea personal. No todo iba a ser tan
sencillo, ¿no? Pero no te preocupes, tienes mucho tiempo por delante para
aprender a hacerlo, y yo te ayudaré.
Ya,
ya sé que no es justo en ocasiones. Vale, quizá en demasiadas. Sé que es
frustrante y desalentador, sé que cuesta levantarse cada vez que alguien te
pone la zancadilla para pasar por encima de ti. Soy consciente de todo eso y sé
cuánto duele. Pero, ¿sabes qué?, todo es cuestión de tiempo.
El
Tiempo pone a cada uno en su sitio y sólo hay que saber esperar el tiempo suficiente. Sí, sé que parece
lejano, infinito, interminable, pero confía en mí y recuerda que las mejores
cosas suceden cuando menos te lo esperas.
¡Mira!
¡Rápido, ven! ¡Por la ventana! ¿Lo ves? Está amainando. Ya apenas caen un par
de gotas. Te lo dije. Tras la tormenta, siempre llega la calma. Después volverá
a brillar el sol.
Así
que sé fuerte, mantente firme ante la adversidad, por terrible que sea la
tempestad, por mucho que ésta dure.
Porque,
a fin de cuentas, nunca llueve eternamente.
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