La prueba del aprendiz
lunes, 15 de abril de 2013
Un pequeño relato que tenía a medio terminar en un cajón. Se trata de un discurso de un Maestro muy especial hace a su nuevo aprendiz, deseoso de saltarse las aburridas clases teóricas y pasar a la acción. ¿Un aprendiz de mago? Sí, algo parecido ;).
¿Los ves?
Sí, a ellos. Apenas reparan en nosotros. Corren bajo la lluvia inmersos en ese
mar de paraguas. La tormenta arrecia, ellos aligeran el paso. Nos sortean como
si no nos vieran. Nos ignoran magistralmente, como si no hubiera nadie a su
lado, sólo algo que les molesta en su camino, como una intuición, o eso parece.
Pero no te equivoques, notan que estamos aquí. Lo presienten.
A veces simplemente se les eriza el vello
de la nuca. Otras sienten electrizantes escalofríos cuando, sin querer, chocan
con uno de los nuestros. Incluso en ocasiones existe la remota posibilidad de
que realmente puedan vernos. En esos momentos significará que hemos encontrado
a un posible candidato a sucedernos. En ese momento es cuando tenemos que
juzgar más allá de su simple apariencia mortal, tenemos que mirar en lo
profundo de su alma. Tenemos que ver si realmente es apto o sólo tiene
potencial. La actitud es realmente importante para estos casos. Mucho. El poder
es algo que debe ser ganado con los actos, no a base de la fuerza.
Pero
ahora quiero que te fijes en todo esto con atención, Allen, con mucha atención.
Porque, al igual que nosotros observamos, también hay más de los nuestros que
vigilan. A veces sus intenciones no son las adecuadas. Siempre es más fácil acabar
con tus oponentes cuando estos aún no tienen el potencial para defenderse que
dejar que su poder germine y crezca y, entonces, exista el riesgo de que puedan
plantarte cara y, más aún, vencerte. Pero ese no es el camino adecuado, será
nuestro deber castigar dichas acciones denunciándolas al Círculo de Sabios.
Ellos son los más antiguos. Dicen que algunos vieron el principio del Todo. No,
no seas ridículo, yo no llegué a tanto. ¿Acaso tengo pinta de viejo? Aún me
quedan varios decenios por delante, así que deja de decir tonterías.
Espera,
¿lo has visto? Sí, claro que lo has hecho. El muy desgraciado ni siquiera se ha
molestado en ocultarse como es debido. Está demasiado confiado o ya no está en
sus cabales. Eso, por desgracia, sucede demasiado a menudo últimamente. La
telaraña vital está inestable, y todavía no hemos conseguido identificar la
causa. Por desgracia, de momento sólo podemos identificar los síntomas, hasta
que localicemos la raíz del problema. Ahora que lo pienso, quizá podemos matar
dos pájaros de un tiro. Pero, para ello, necesitamos a ese sujeto vivo.
Por su
forma de moverse, era un Comesueños. Sin embargo, tiene pinta de que se ha
estado alimentando con más pesadillas de la cuenta, así que está a medio camino
de convertirse en un Devora-almas. Seguramente ha descubierto el potencial del
miedo y se ha confiado al aprender a usarlo. Su mayor poder radica en su
habilidad para el metamorfismo y la ilusión. Tratará de aterrorizar a sus víctimas
mediante sus peores pesadillas y así poder arrancar el miedo directamente de
ellos. Sí, es un bicho espeluznante, pero no es para nada invencible. La mejor
arma contra el miedo es el valor. Sí, pues no es valeroso el que no tiene miedo,
sino el que es capaz de controlarlo.
Bien,
muchacho, ha llegado el momento de que probemos tu fuerza. Sí, sí, la tuya. Yo
ya soy demasiado viejo para esto. Sí, Allen, por eso te tomé como aprendiz. A
pesar de la inexperiencia, la sangre joven tiene muchas cualidades que la
añeja, como la mía, ha terminado perdiendo. Eres más ágil, más rápido y además esto
te servirá de entrenamiento. ¿No me llevabas pidiendo durante meses que te
llevara conmigo a la batalla? Exacto, ésta será la prueba que me convenza de
que estás listo. Por suerte para ti, la criatura aún no ha degenerado por
completo. Yo que tú me daría prisa.
Así que
adelante, joven aprendiz. Estaré observando tus avances. Por supuesto, desde la
distancia. Ten cuidado, y buena suerte.